El Ministerio Médico

577/596

Muchos sanatorios pequeños

Para que las almas sedientas puedan ser inducidas a las aguas vivas, rogamos que haya sanatorios, no costosos ni gigantes, sino instituciones sosegadas en lugares agradables. MM 429.4

Nunca, nunca construyáis gigantescas instituciones. Que estas instituciones sean pequeñas, y que haya más de ellas para que se realice la obra de ganar almas para Cristo. A menudo puede ser necesario empezar la obra del sanatorio en la ciudad, pero nunca construyáis un sanatorio en una ciudad. Arrendad un edificio, y continuad buscando un lugar adecuado fuera de la ciudad. Los enfermos deben ser alcanzados, no por construcciones masivas, sino por el establecimiento de muchos sanatorios pequeños, los cuales deben ser como luces que brillen en lugares oscuros. Los que se dedican a esta obra deben reflejar la luz del rostro de Cristo. Han de ser como sal que no ha perdido su sabor. Mediante la obra del sanatorio, efectuada de una forma adecuada, la influencia de la religión pura y verdadera se extenderá a muchas almas. MM 430.1

De nuestros sanatorios deben salir obreros bien preparados para ir a lugares donde nunca se haya proclamado la verdad, y hacer obra misionera para el Maestro.—Carta 17, 1905. MM 430.2