El Ministerio Médico

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No por medio de representantes

Se requieren actualmente hombres y mujeres santos y devotos, para que sean médicos misioneros. Que ellos cultiven al máximo sus facultades físicas y mentales, como también su piedad. Todo esfuerzo debe hacerse para enviar obreros inteligentes. La misma gracia que vino de Jesucristo a Pablo y Apolos, que los hizo sobresalir por su excelencia espiritual, puede recibirse ahora, y traerá a la obra muchos misioneros dedicados. MM 331.2

Que nadie se cruce de brazos, diciendo: “Oh sí, que tales y cuales vayan a los campos donde aún no se ha trabajado”, mientras ellos mismos no se interesan por hacer una labor dedicada y abnegada, y esperan que la obra que el Señor les ha comisionado sea hecha por representantes. Hay algunos que, si fueran abnegados y tomaran la cruz, hallarían que Dios se comunicaría con ellos tan ciertamente como lo hizo con Pablo y Bernabé. Ellos son representantes de lo que muchísimos podrían ser. “Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan”.—Special Testimonies Relating to Medical Missionary Work, 8 (1893). MM 331.3