El Ministerio Médico

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Transformados a la semejanza divina

Digo a los jóvenes y a las señoritas que se preparan como enfermeros y médicos: “Manteneos cerca de Jesús. Al contemplarlo, seréis transformados a su semejanza... Podéis tener un conocimiento teórico de la verdad, pero esto no os salvará. Debéis conocer por experiencia cuán pecaminoso es el pecado y cuánto necesitáis a Jesús como un Salvador personal. Sólo así podéis llegar a ser hijos e hijas de Dios. Vuestro único mérito es vuestra gran necesidad”. MM 285.4

Los que han sido elegidos para estudiar enfermería en nuestros sanatorios, deben escogerse en forma sabia. A las señoritas de carácter superficial no se las debe alentar a empeñarse en esta labor. Muchos de los jóvenes que se presentan mostrando un gran deseo de ser educados como médicos no poseen los rasgos de carácter que los habilitarían para soportar las tentaciones que son tan comunes en el trabajo de un médico. Sólo se deben aceptar los que posean aptitudes para ser calificados para la grande y sagrada labor de impartir los principios de la verdadera reforma de la salud. MM 286.1