En los Lugares Celestiales

360/367

Para ver al rey, 24 de diciembre

Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos. Isaías 33:17. ELC 367.1

Si deseamos ver al Rey en su hermosura, debemos proceder aquí dignamente. Hemos de superar nuestra infantilidad. Cuando surja la provocación, guardemos silencio. Hay ocasiones en que el silencio es elocuencia. Hemos de revelar la paciencia, bondad y tolerancia que harán que seamos dignos de ser llamados hijos e hijas de Dios. Hemos de confiar en él, creer en él y fiarnos de él. Hemos de andar en los pasos de Cristo. “Si alguno quiere venir en pos de mí”, dice, “niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. Lucas 9:23... Tal vez sea una cruz pesada el guardar silencio cuando debáis hacerlo. Puede ser una disciplina dolorosa; pero permitidme aseguraros que el silencio hace mucho más para vencer el mal que una tormenta de palabras airadas. ELC 367.2

En este mundo hemos de aprender lo que debemos ser a fin de tener un lugar en las cortes celestiales. Hemos de aprender lecciones que Cristo desea enseñarnos, para que podamos ser preparados y llevados a la escuela superior en las cortes de lo alto, donde el Salvador nos conducirá junto al río de la vida, explicándonos muchas cosas que aquí no podíamos comprender y enseñándonos los misterios de Dios. Allí veremos la gloria de Dios como nunca la vimos aquí. Ahora sólo tenemos una vislumbre de la gloria, porque no perseveramos en conocer al Señor.—The Review and Herald, 20 de julio de 1905. ELC 367.3

En la escuela celestial tendremos oportunidad de alcanzar, paso a paso, las mayores alturas del saber. Allí, como hijos del Rey celestial, moraremos para siempre con los miembros de la familia real; allí veremos al Rey en su hermosura, y contemplaremos sus encantos sin par.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 161. ELC 367.4