Consejos Sobre el Régimen Alimenticio

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Traba la maquinaria

157. Hermano mío, tiene Ud. mucho que aprender. Ud. complace su apetito consumiendo más alimento de lo que su sistema puede convertir en buena sangre. Es un pecado ser intemperante en la cantidad de alimento consumido, aun cuando la calidad sea inobjetable. Muchos creen que si no comen carne y no se sirven de los alimentos más concentrados, pueden consumir de los alimentos sencillos hasta que no les sea posible comer más. Esto es un error. Muchos profesos reformadores en pro de la salud no son otra cosa que glotones. Colocan sobre los órganos digestivos una carga tan grande que la vitalidad del sistema se agota en el esfuerzo por deshacerse de ella. También tiene un efecto depresivo sobre el intelecto; pues se necesita el poder nervioso del cerebro para ayudar al estómago en su trabajo. El comer en exceso, aun de las clases más sencillas de alimentos, embota los delicados nervios del cerebro, y debilita su vitalidad. El comer en exceso tiene un efecto peor sobre el organismo que trabajar en exceso. Las energías del alma se abaten con mayor eficacia por el comer intemperante que por el trabajo intemperante. CRA 120.3

Los órganos digestivos nunca deben ser cargados con una cantidad o calidad de alimentos cuya incorporación en el sistema abrume el organismo. Todo lo que se lleva al estómago por encima de lo que el sistema humano puede usar para convertirlo en buena sangre, traba la maquinaria; porque no puede traducirse ni en carne ni en sangre, y su presencia sobrecarga al hígado, y produce una condición mórbida en el organismo. El estómago está abrumado en sus esfuerzos para deshacerse de ello, y entonces hay una sensación de languidez, que se interpreta como hambre. Sin darles a los órganos digestivos el tiempo para descansar de su duro trabajo, a fin de reunir nuevas energías, se lleva otra cantidad inmoderada de alimento al estómago, para poner en marcha otra vez la cansada maquinaria. El organismo recibe menos nutrición de una cantidad demasiado grande de alimento, aun de la debida calidad, que de una cantidad moderada tomada a intervalos regulares.—Testimonies for the Church 2:412, 413 (1870). CRA 121.1