Consejos Sobre el Régimen Alimenticio

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Su relación con las instituciones médicas

105. Los sanatorios que están establecidos han de ser íntima e inseparablemente ligados con el Evangelio. El Señor ha dado instrucción según la cual el Evangelio ha de ser llevado adelante; y el Evangelio incluye la reforma pro salud en todas sus fases. Nuestra obra consiste en iluminar al mundo; porque éste se halla ciego ante los movimientos que han de desarrollarse, preparando el camino para las plagas que Dios permitirá que vengan sobre el mundo. Los fieles atalayas de Dios deben dar la amonestación... CRA 88.3

La reforma pro salud ha de destacarse de manera más prominente en la proclamación del mensaje del tercer ángel. Los principios de la reforma pro salud se hallan en la Palabra de Dios. El evangelio de la salud debe vincularse firmemente con el ministerio de la palabra. Es el deseo del Señor que la influencia restauradora de la reforma pro salud sea una parte del gran esfuerzo final para proclamar el mensaje evangélico. CRA 89.1

Nuestros médicos han de ser obreros para Dios. Han de ser hombres cuyas facultades hayan sido santificadas y transformadas por la gracia de Cristo. Su influencia ha de ser vinculada con la verdad que debe darse al mundo. En perfecta y completa unidad con el ministerio evangélico, la obra de la reforma pro salud revelará su poder divino. Bajo la influencia del Evangelio, se realizarán grandes reformas por medio de la obra médico-misionera. Separad, sin embargo, la obra médico-misionera del Evangelio, y esta obra resultará mutilada.—Manuscrito 23, 1901. CRA 89.2

106. Nuestros sanatorios y nuestras iglesias pueden alcanzar una norma más elevada y más santa. La reforma pro salud ha de ser enseñada y practicada por nuestros hermanos. El Señor está pidiendo que haya un reavivamiento de los principios de la reforma pro salud. Los adventistas tienen una obra especial que hacer como mensajeros a fin de trabajar por las almas y los cuerpos de los hombres. CRA 89.3

Cristo ha dicho de su pueblo: “Vosotros sois la luz del mundo”. Mateo 5:14. Somos el pueblo que lleva el nombre del Señor, para proclamar las verdades de origen divino. La obra más solemne y sagrada que alguna vez se haya dado a los mortales es la de proclamar los mensajes del primero, el segundo y el tercer ángel a nuestro mundo. En nuestras grandes ciudades debe haber institutos de salud para cuidar de los enfermos, y para enseñar los grandes principios de la reforma pro salud.—Carta 146, 1909. CRA 89.4